LAS "BASÍLICAS
PALEOCRISTIANAS"




DESCRIPCIÓN
Pila Bautismal de la Basílica de Son Bou

Al igual que sucede con los restos prehistóricos, Menorca (y, en este caso, también podríamos añadir la vecina Mallorca) es un caso excepcional en lo que a iglesias cristianas primitivas, lo que se acostumbra a denominar "basílicas paleocristianas", se refiere, tanto por su abundancia como por su, en general, buen estado de conservación (a pesar de haber sido todas ellas destruidas).

Ahora bien, del edificio original romano (basílica), destinado básicamente a la administración de justicia o a aspectos comerciales y estructurado en base a un pórtico de acceso (situado a los pies o en un lateral), tres naves (la de en medio más alta para poder iluminarla bien mediante ventanas o claraboyas laterales), un altar para los dioses que todo lo ven sobre una especie de estrado cercano a la cabecera de la nave central y, finalmente, un ábside para los magistrados, justo en el extremo de esta última; de esta estructura, decíamos, derivaron, cuando los cristianos, tras el Edicto de Milán (313 d.C.), pudieron dejar la clandestinidad y quisieron afirmar su fe con grandes construcciones que fueran capaces de albergar al cada vez más numeroso grupo de fieles cuando había que celebrar los ritos, dos tipos de edificios eclesiales: la denominada "basílica constantiniana", aparecida en Italia durante el mismo siglo IV, y caracterizada por su ábside que sobresale del resto del edificio, y el modelo propio del Norte de Siria, del siglo V. A este último, que se fue extendiendo por el Norte de África hasta llegar a las Baleares, y en el cual el ábside existe pero no sobresale del rectángulo en el cual se halla inscrita toda la construcción, pertenecen probablemente (hay una que nunca ha sido excavada y otra ha sido muy poco estudiada, por lo cual resulta difícil asegurarlo con completa rotundidad), según se ha venido diciendo a lo largo de los últimos cuarenta años, la mayor parte de las basílicas descubiertas, de momento, en la isla, posiblemente con una única excepción.

Se trata, el sirio/norteafricano, de un tipo de edificio orientado habitualmente de Oeste a Este, de planta rectangular y con un ábside, así pues, interno. En lo que se refiere a la cabecera, en los ejemplares orientales y africanos la misma acostumbra a ser tripartita, con un chorus (coro) o un presbyterium (presbiterio) central en (al menos parcialmente) el ábside y dos pastoforias laterales, una a cada lado (una de las cuales sería una sacristía o sacrarium). El sanctuarium (santuario) se hallaba habitualmente delante del chorus, justo al principio de la nave central, que podía ser la única o estar acompañada de dos o cuatro naves laterales. Delante de todo podía haber un nártex o vestíbulo, utilizado por los catecúmenos, y después vendría ya la entrada, con un pórtico o prothyron. El baptisterio sería un anexo o se hallaría en un edificio aparte.

Las basílicas menorquinas, sin embargo, a pesar de lo que ha venido repitiéndose a menudo (por no decir "siempre"), no mantienen esta distribución ni de lejos, con la única excepción clara del edificio de Son Bou. Menos éste, todas ellas manifiestan grandes diferencias y particularidades propias que las distinguen profundamente del supuesto modelo. Así, hay alguna que parece tener un única habitación al lado del ábside (Es Fornàs de Torelló), o un vestíbulo lateral, como una segunda nave (a pesar de ser de nave única), en el lado norte (Es Fornàs y, quizás, la Illa del Rei) o el sanctuarium en el ábside y el chorus entre éste y la nave. De todas formas, todo esto no dejan de ser interpretaciones de los distintos arqueólogos, investigadores y estudiosos que han tratado el tema, pues no parece haber bastantes restos materiales para asegurar el uso dado a cada ámbito. Sí resulta evidente, en cambio, que, en general, todas ellas parecen formar parte de conjuntos más amplios, quizás auténticos centros monacales.

Por otro lado, al margen de estas elementales características arquitectónicas, hemos de destacar también algunos aspectos que quizás no han sido tratados nunca con suficiente profundidad, siendo el primero de ellos la localización de estos edificios, en la isla de Menorca, en lugares sin núcleo de población claro o ya seguramente despoblados, como si se tratara de pequeñas iglesias rurales o, más probablemente, como decíamos, y casi con toda seguridad en uno de los casos (Es Cap des Port), de construcciones relacionadas con una estructura monástica.

Así, la de Son Bou lo más cercano que tiene es una necrópolis talayótica de hipogeos, que quizás cabría pensar que fue reutilizada por algún tipo de anacoretas (nunca ha sido excavada en profundidad porque las cuevas han sido utilizadas para distintos usos desde tiempos lejanos), la de la Illa d'en Colom como mucho sería vecina de alguna casa que hubiera en la misma, algo parecido a la de la Illa del Rei, y la de Sanitja, si lo es, nos hace el efecto de que fue levantada sobre los restos de estructuras anteriores. La de Es Cap des Port se hallaba cerca de una explotación de sal pero poca cosa más, siendo la de Es Fornàs de Torelló, probablemente, la más cercana a casas o núcleos habitados. No se conoce la existencia de edificios parecidos ni en Maó ni en Ciutadella (con la posible salvedad que mencionamos en el párrafo siguiente, si bien dicho posible edificio eclesial se hallaría realmente a las afueras), ni cerca de ninguno de los núcleos de población actuales, lo cual no quiere decir que no hubieran podido existir, aunque, a estas alturas de nuestro conocimiento, no deja de resultar extraño.

Una segunda característica algo extraña es la ubicación física de estas iglesias, casi todas junto al mar. La de Son Bou se halla casi al lado del agua y quizás aún se hallaba más cerca cuando toda la zona era una gran marisma de la cual aún se conserva parte al otro extremo de la playa (aún así, se ha hablado de un posible poblado hoy bajo el agua del mar, a 15 m de profundidad; algo que nunca ha sido confirmado). Las de las dos islitas, d'en Colom y del Rei, no hace falta señalarlo. Lo mismo sucede con la supuesta de Sanitja, al fondo de un puerto usado por los romanos. En Ciutadella, a principios del siglo XX, se realizaron, también, hallazgos de tumbas olerdolanas, de fragmentos de mosaicos y de estructuras constructivas, incluyendo una posible piscina bautismal (lo cual hace suponer la existencia de un edificio o conjunto parecido), en la zona de Els Trabucs, cerca del Castell de Sant Nicolau, en la ribera meridional del puerto y en el extremo del mismo. La basílica de Es Cap des Port actualmente se halla a unos 700 m de la bahía natural de Fornells, pero justo al lado mismo de un torrente en donde, a pesar de que hoy no lleva casi agua superficialmente, la vegetación que crece en su cauce, incluso en verano, hace pensar que en algún tiempo quizás formó parte de unas marismas estructuradas naturalmente con la participación del mismo y del mar, que, pensamos, es posible que incluso se introdujera un poco más tierra adentro.

Una vez más, la excepción de esta particularidad "marina" resulta ser la basílica de Es Fornàs de Torelló, claramente en el interior, a pesar de que quizás no fuera la única, pues, en 1955, Josep Mascaró Pasarius halló una pieza circular de piedra calcárea, de 72x74 cm y 10 de espesor, con cinco cruces, un círculo y un crismón en una de sus caras e interpretada como una posible mesa de altar, al lado de la Cova de Sa Païssa del predio de S'Almudaina de Alaior (y, por tanto, claramente en el interior de la isla). Otra parecida (de 84x89 cm de diámetro, 12 de grosor y con algunas cruces incisas) apareció asimismo cerca de Binipati Nou (Ciutadella), ciertamente lejos del mar. De todas formas, no existe seguridad alguna de que se trate realmente de aras (pudieron tener algún uso funerario), ni de a qué momento corresponden o de si pertenecían o no a alguna iglesia.

Sin embargo, la arqueología es tajante: todos los edificios conocidos son, como muy antiguos, del siglo IV y, como muy modernos, del VII. Estamos en los perores momentos del Imperio Romano (desaparecido a mediados del V), en los del reino vándalo, que conquistó las islas, y en los de la ocupación bizantina (probablemente más nominal que real, aunque quizás dejó alguna influencia en las estructuras de estos templos). La piratería debió estar a la orden del día. ¿Quién levantaría, pues, ricas construcciones eclesiales al alcance de estos ladrones o de cualquier invasión? ¿Por qué fueron ubicadas en lugares aislados, de difícil refuerzo y tan desprotegidos? Una posible explicación sería precisamente un uso como elemento defensivo, como el que tenían en parte los monasterios peninsulares de la Reconquista en tierra de frontera, pero no disponemos de suficientes elementos, creemos, para distinguir aquí torres o murallas que lo hagan creíble (la única posible excepción sería, como ya veremos, el campanario o faro de la basílica de Es Cap des Port). Se nos ocurre otra explicación: Quizás fueron levantadas allí donde tocó tierra la nave que llevaba las reliquias que posteriormente se veneraron en ellas. No es exactamente lo mismo, pero a menudo hay santuarios en lugares en donde aparecieron tallas religiosas olvidadas o escondidas (Montserrat, Núria, Lluc, El Toro, etc.) o se han dado más o menos supuestas apariciones divinas (Lourdes, Fátima…) Quizás estemos ante la hipótesis correcta. ¿Explicaría esto la abundancia de enterramientos alrededor o en el interior de algunas de estas basílicas, efectuados incluso cuando ya habían sido abandonadas? Sanitja y Es Cap des Port podrían ser dos buenos ejemplos de ello.

¿Y quién las destruyó? ¿Por qué fueron abandonadas? La respuesta facilona es: las "liquidaron" los árabes cuando invadieron las islas o los mismos cristianos para que no cayeran en manos de los "infieles". Cabe dentro de lo posible, pero normalmente no se destruyen los edificios religiosos y menos porque sí. Y ello por varias razones: Son seguramente los mejores de los disponibles, por lo que, como mínimo, son los mejores para ser destinados a otros usos (residencia, defensa…); pueden ser usados por la nueva religión (iglesia de Santa Sofía, mezquita de Córdoba…), la cual, por otra parte, se muestra, normalmente, bastante respetuosa (los menos respetuosos: los cristianos de las cruzadas y la Reconquista).

Además, hemos de recordar que Mahoma destinó uno de sus cielos a la "gente del libro" (cristianos y judíos). Y tampoco tendría sentido, por ejemplo, destruir el edificio de Sanitja para construir una mezquita 150 m más allá, en un lugar tan olvidado de la mano de Dios (o de Allah) como el romano y posteriormente paleocristiano.

Otra respuesta, atractiva en estos tiempos que corren, sería que pertenecían a una secta o herejía (¿qué se puede esperar de los vándalos arrianos o de los bizantinos?) anatemizada (excomulgada) por la Iglesia oficial católico-romana, pero ¿hay indicios de algo así? ¿los edificios fueron quemados? (en la excavación del edificio de Son Bou ciertamente apareció gran cantidad de carbón, pero ¿se puede llevar a cabo una generalización que incluya a todos los demás?). ¿Fueron sólo abandonados y acabaron cayéndose? ¿Nadie los aprovechó? ¿Hubo un terremoto? ¿Los piratas eran más temibles bajo el régimen musulmán que antes (qué extraño, parece mucho más sólido, al menos inicialmente, que los anteriores)?

Lo cierto es que tipológicamente, en lo que a su construcción se refiere, los edificios basilicales menorquines, cuanto menos los mejor conocidos, pueden enmarcarse perfectamente entre el 455 y el 534 d.C., el periodo de la dominación vándala. Es decir, fueron levantados, no destruidos, por los vándalos o bajo su control (una iglesia no se hace en dos días). Sin embargo, los vándalos eran, como hemos dicho, arrianos (para los ortodoxos católicos, una herejía que, entre otras cosas, consideraba que Cristo no era Dios, que las tres personas de la Trinidad no tenían nada que ver entre sí y que sólo el Padre era eterno).

Hunnerico de Cartago (capital del reino), rey en el 484 y militante de esta doctrina, aplicó a los católicos las leyes que los emperadores habían promulgado contra los arrianos y otros disidentes, quizás temiendo que las de éstos acabaran con él y su dinastía. Podría suponerse también, pues, que o las basílicas eran católicas y fueron destruidas por los arrianos o a la inversa. Pero hay un problema: los mosaicos de edificios como el de Torelló o la Illa del Rei y las pinturas de Es Cap des Port nos llevan a una pervivencia o reconstrucción de las iglesias en los siglos bizantinos (534-903 d.C.)

A partir del siglo VIII, es bien cierto, sin embargo, que se suceden una serie de incursiones o razzias que es probable que afectaran a las construcciones. Los árabes atacaron las islas el 707, el 797-799 y el 848-849 y hacia el 859 lo hicieron los normandos. Pero tampoco fue este el fin de las viejas estructuras paleocristianas, en las cuales han sido hallados restos procedentes de un comercio marítimo posterior a esta época. Y, encima, cuando la ocupación o control musulmán resulta ya del todo evidente, a principios del siglo XI, vemos como los árabes se muestran respetuosos hacia los cristianos y, en el 1057, 'Alî b. Mujâhid de Dènia otorga al obispo de Barcelona facultades episcopales sobre las Baleares, lo cual implica una no persecución religiosa y, por tanto, una difícil destrucción de edificios cristianos. Cierto es, sin embargo, que por aquella época la comunidad cristiana menorquina (y balear en general) probablemente había desaparecido (por ello no tenían obispo propio), posiblemente absorbida por el Islam, como ella había absorbido a los judíos el 418 sin grandes dificultades. Hemos de entender que, según se mire, la doctrina de Mahoma no era más que un regreso a un cristianismo puro y primitivo, lejos de influencias greco-romanas (paganas o mitraicas). Así, pues, resulta también poco creíble una destrucción sarracena simultánea de todos los templos o estructuras monásticas, sobre todo cuando prácticamente no había mezquitas que los pudieran sustituir.

En definitiva, la oscuridad de la Alta Edad Media nos deja sin respuestas. No hay documentos. No hay testimonios. ¿Qué sucedió? ¿Por qué? ¿Por qué los edificios antiguos no pasaron a formar parte de otros más modernos o se levantaron otros encima como ocurrió en otros sitios, como, por ejemplo, en Barcelona? Lo ignoramos, pero quizás sólo así nos ha sido dada la posibilidad de disfrutar de tan extraordinario legado.


© Ferran Lagarda i Mata, 1996-2012 (texto y fotografías).