LOCALIZACIÓN:
Al fondo del puerto natural de Fornells, relativamente cerca (a unos 700 m) del agua y de la casa conocida como "Ses Salines Noves", a la cual se accede por un camino que se inicia a la derecha de la carretera Maó-Fornells (Me-7) poco antes del cruce de la misma con la de Es Mercadal a esta última población (Me-15).
Una vez tomado el camino, en vez de continuar hacia la casa, que se halla a la izquierda, seguiremos por el desvió que se va hacia la derecha (hacia Sa Mola de Fornells) y hallaremos el yacimiento unos seiscientos metros más allá, al lado mismo de la pista (en un campo elevado que hay igualmente a mano derecha) y poco antes de un chalet de nueva planta (protegido con perros, ¡id con cuidado!)..
Coordenadas geográficas: 4º 07' 51,6" Este -
40º 01' 19,4" Norte
Coordenadas U.T.M.: Huso 31 X: 596516
Y: 4430894
Es Mercadal.
Descubierto en 1958 y empezado a excavar en serio en 1975 (tras la realización de unas primeras catas), la planta general del edificio, con todas sus dependencias, situado en el ángulo noreste de un conjunto urbano más extenso nunca investigado, es más o menos rectangular, casi cuadrada y no muy simétrica, acercándolo algunas de sus características más a las basílicas del tipo "adriático" que a las del "norteafricano", a pesar de que hay quién, al parecer, ve en él una clara y directa influencia bizantina.
El ábside de la iglesia propiamente dicha es semicircular y se halla inscrito en una estructura rectangular que no sobresale de la planta gracias a dos habitaciones posteriores en el tiempo de forma bastante irregular que tiene a lado y lado (dicho de otra forma, inicialmente, la estructura rectangular que contiene el ábside sí sobresalía de la fachada oriental, lo cual establece una clara y primera diferencia con la planta de cualquier otra primitiva edificación cristiana de las halladas en la isla). Bajo el sanctuarium, en dicho ábside, había una cripta de baja altura (quizás sólo un metro) en forma de cruz griega ligeramente patada que se extiende más allá del área semicircular y es lo que actualmente queda a la vista (la "planta baja" ha desaparecido) y lo primero que quedó al descubierto, durante las investigaciones de finales de los 50 (probablemente es de carácter martirial, es decir, estamos ante el mausoleo, o martyrium, de una persona destacada).
En lo que se refiere a la nave central, la única que aún se halla "intacta" (es un decir) tras las muchas transformaciones sufridas por el conjunto eclesial a lo largo del tiempo, la misma es de igual anchura que el ábside, al área superior del cual (no a la de la cripta) se accedía desde ella por dos escalones que conducían hasta un probable cancel del cual se conservan las bases de dos balaustres que debían corresponder a la entrada del chorus.
Desconocemos donde estaba el altar principal, aunque se han hallado los restos de otro muy sencillo (un cuadrado con tan solo dos soportes angulares frontales, suelo de losas y fragmentos de una mesa muy basta) a los pies del aula, quizás para exponer las Sagradas Escrituras.
Sobre el mismo, se hallaba una bóveda que soportaba un coro alto, o tribuna, que ocupaba una tercera parte de la longitud del templo, desde el cual podía seguirse la liturgia efectuada en la cabecera (no tan elevada) y al cual se accedía por una escalera de tres tramos perpendiculares que empezaba justo a la izquierda del mencionado altar.
Respecto a las paredes de la nave, destaca el hecho de que son dobles (un muro se adosa a otro), lo cual da lugar a que creamos visualizar una especie de banco corrido (quizás realmente no fue otra cosa) en el lado norte. De hecho, resulta verosímil que con anterioridad al edificio con el ábside hubiera habido otro al cual corresponderían algunos de dichos muros.
A lado y lado de la nave central se distinguen bastante bien lo que probablemente fueron en inicio sendas naves laterales, quizás incluso hubiera dos en el costado norte, hoy divididas. En el extremo más oriental de la posible segunda (la más externa) nave lateral norte, hay una piscina bautismal con escalones y forma de cruz o de estrella de cuatro puntas, en un punto parecido a aquel en el que se encontraban las de los templos de Es Fornàs de Torelló, Illa del Rei y, quizás (si fuera su lugar original), Son Bou. La habitación en donde se hallaba situada tenía un pavimento de opus signinum, mientras que las paredes, rebozadas y pintadas, presentaban numerosos graffiti en latín y griego. Cerca de la misma, el hallazgo de restos abundantes de objetos litúrgicos (una cruz de bronce de un lampadario o incensario, fragmentos de copas de vidrio, lucernas…) en las dos habitaciones que en origen debieron ser el extremo oriental de la nave norte interna, llevan a pensar que éstas fueron usadas en algún momento como sacrarium.
Al pie de las naves se localiza, además, una estructura perpendicular, con una gran cámara, utilizada como almacén de ánforas y otras cerámicas y dividida en cuatro ámbitos mediante pilares y arcos que quizás sostuvieran un piso, así como dos habitaciones anexas al Norte, que se ha venido denominado vestíbulo, a pesar de que seguramente no se hallaba comunicada directamente con el lugar de culto. Este conjunto es posterior al resto del templo y su adosamiento sin tener en cuenta su fuerza de impulso de caída hacia Levante pudo producir la ruina de todo el edificio (de hecho, el muro a los pies de la nave central, en donde se encuentra la escalera, cedió). A destacar, también, que las dos habitaciones anexas septentrionales, separadas probablemente por un arco, fueron probablemente la base de una torre, visible desde la gran bahía.
En lo que a la entrada se refiere, el acceso a la iglesia se efectuaba por un punto situado casi en el centro de la nave sur, a través de un pequeño pórtico de tamaño parecido a otro que, por el lado norte daba a una extraña habitación de forma totalmente irregular. A la derecha de esta puerta meridional, también acabó produciéndose (si es que no la hubo siempre) una compartimentación, que dio lugar a una habitación con un pavimento de opus signinum, probablemente un mausoleo, seguida, en el extremo, de otra más alargada, con el acceso a la cripta, que dispone de lo que parecen muros de refuerzo pero quizás no eran más que estanterías para los objetos más valiosos, material o espiritualmente, de la iglesia, lo cual la convertiría en un thesaurum, el único conocido en Baleares.
En un último momento, finalmente, se añadieron algunas cámaras (quizás únicamente ámbitos sin ni siquiera techo) funerarias junto al ábside, con lo que el mismo dejó de sobresalir y el gran rectángulo o cuadrado que hoy conocemos fue completado, dando lugar a un conjunto que, por sus habitaciones no litúrgicas adosadas al ángulo sudeste del templo, su tamaño y la proximidad de una industria típicamente monacal, como son unas salinas, conducen a suponer que era, en realidad, un primitivo monasterio.
Durante su excavación, fueron halladas dos piezas de pasta de vidrio de funcionalidad probablemente relacionada con la liturgia, una con el Agnus Dei y la otra con las "Bodas de Canaán" (la conversión del agua en vino). De una cámara al lado de la que contiene la piscina procede también, como señalábamos, una cruz "patada", casi griega, metálica y con una decoración incisa de grupos de circunferencias concéntricas que, por los orificios que presenta, podría perfectamente ser un elemento de un lampadario o de un incensario. Del mismo lugar son algunos fragmentos de copas de vidrio, quizás cálices.
Igualmente interesantes son muchos restos constructivos de tipo ornamental (capiteles con cruces y hojas de acanto, pilastras, bases…), los fragmentos de una mesa de altar y de diversos platos de mármol de borde moldurado, probablemente mesas de ofrendas funerarias, y las cerámicas (ánforas de la Bizacena, del tipo africano grande, cerámica fina, cerámica común, lucernas paleocristianas).
Para terminar, no podemos dejar de destacar el hallazgo de diversos fragmentos de pintura mural (como los del baptisterio mencionados) de tipo geométrico ejecutada con distintos pigmentos minerales, naturales o artificiales, quizás incluso importados. La existencia de esta pintura es realmente algo poco habitual entre las basílicas paleocristianas de las Baleares, e incluso de la Península, ya que resulta más frecuente el uso de mosaicos.
El edificio parece haber pasado por, cuanto menos, tres etapas constructivas, siendo la última, a la cual corresponderían la gran cámara del vestíbulo, la torre anexa y las cámaras funerarias orientales, de finales del siglo VI d.C. La piscina, por su forma, podría ser un poco anterior, del siglo V, al igual que la cripta y las tres o cuatro naves (aún sin compartimentar), mientras que del edificio original sólo tenemos una vaga idea, la de una estructura rectangular con una cabecera que sobresalía. La cerámica corrobora que, cronológicamente, todo el conjunto abarcaría desde mediados del siglo V hasta quizás el inicio del VII.
A unos cuantos kilómetros, al otro lado de la carretera de Es Mercadal a Fornells, por el "Camí de Tramuntana" y el del "Cap de Cavalleria", se halla el yacimiento romano de Sanitja, entre las estructuras del cual se halla un pequeño conjunto, identificado comúnmente como una necrópolis, que podría ser otra basílica.