OTROS MONUMENTOS



DESCRIPCIÓN
Fus de Sa Geganta

Al margen de las citadas, se conocen un par de construcciones que quizás deberíamos considerar también sepulcros megalíticos. Por un lado, se halla el monumento de Sant Ignasi (Ciutadella), del cual sólo restan tres losas, rotas y clavadas en el suelo, y lo que parece haber sido el muro de contención del túmulo y en cuyas proximidades son visibles fragmentos de cerámica pretalayótica, talayótica y romana. Por otro, el excavado por Ll. Plantalamor y S. Villalonga en la batería de costa de Son Olivaret, también en el término de Ciutadella.

De este último, aún no publicado, sólo disponemos, por el momento, de la información aparecida en la prensa local entre Agosto y Octubre de 2004, en donde, por un lado, se lo hacía único y, por otro, se lo comparaba con la también recientemente excavada naveta de Ses Arenes de Baix (de Tipo Intermedio), la de Sa Torreta de Tramuntana (de Planta Alargada, aunque también se la ha llegado a considerar alguna especie de sepulcro megalítico) o la de Cala Blanca (de Habitación). En suma, ignoramos en realidad cómo lo piensan clasificar sus investigadores, los cuales probablemente están sopesando su decisión porqué calificarlo de megalito rompería la tesis establecida de antiguo que propugna una separación de las formas pretalayóticas de enterramiento entre el Oriente y el Occidente de Menorca, a base de tumbas megalíticas al Este y de hipogeos de planta alargada al Oeste (una ruptura que, de hecho, ya supuso el estudio de la naveta de Ses Arenes, en Ciutadella pero de un tipo que se suponía que era exclusivamente oriental). Lo que sí sabemos es que se trata de una estructura ovalada con doble muro, cubierta mediante losas colocadas horizontalmente, entrada al Sudoeste, corredor y cámara, en cuyo interior aparecieron los restos muy fragmentados de unos 50 individuos junto con una docena de vasos cerámicos, algunos botones triangulares de hueso, piezas de collar, un colgante y una aguja o punzón, ambos de bronce, así como un proyectil de honda. Todo el material, en general, se distribuiría en dos grupos, el de los elementos pretalayóticos, hallados en el exterior, y el de los talayóticos, aparecidos en el interior de la cámara, lo cual apunta hacia una reutilización del monumento, que, por las descripciones, parece realmente más una naveta que un sepulcro megalítico, a pesar de que, personalmente, también hemos oído denominarlo de esta forma.

En principio, lo que sí parece bastante claro, por la presencia de un corredor y por su forma ovalada, es que no nos hallamos ante un sepulcro tipo Son Salomó (más bien circulares y sin corredor), aunque hemos de señalar que éstos también nos preocupan bastante, pues de los cuatro ejemplares conocidos hasta el momento, sólo el que les da nombre resulta evidente que tiene una cámara no levantada con losas megalíticas, mientras que, en los otros tres (dos en Son Escudero y otro en el Rafal des Capità, como el primero todos en el término de Ciutadella), las losas megalíticas sencillamente podrían haber desaparecido con el tiempo, pues su estado de conservación general es muy malo.

Finalmente, debemos referirnos a los menhires (del bretón men-hir, piedra larga), uno de los monumentos megalíticos menos estudiado en general, probablemente por la dificultad que entraña asociarle cultura material, pero no por ello infrecuente. Ahora bien, en Menorca, su localización o distinción resulta, además, bastante complicada por la abundancia de columnas y pilares procedentes de estructuras complejas, más o menos perdidas, de todo su período prerromano, los, y las, cuales pueden confundirse con las piedras megalíticas clavadas en la tierra que constituyen este tipo de monumento. Desde siempre, sin embargo, ha habido al menos una que ha sido considerada como tal, la conocida como Fus de Sa Geganta (Huso de la Giganta), en Torralba d'en Salort (Alaior), visible a la izquierda de la puerta de acceso al camino que conduce a las casas de la finca, a la cual perteneció el conocido yacimiento en el cual se halla la mejor taula de la isla, de la cual cabría pensar que quizás fue un precedente, si bien quizás sería posible asimilarlo igualmente al pilar que encontramos habitualmente al lado de dichas construcciones (de la T), el cual creemos posible identificar con un símbolo fálico, pudiendo quizás complementarse en este caso (en el de los menhires) con los dólmenes, que, con su losa perforada, quizás no son más que una representación de un principio femenino que da paso a una nueva vida en el más allá de Occidente.


© Ferran Lagarda i Mata, 1996-2012 (texto y fotografías).